Así sucedió en la redacción:
Le comento a Gina (redactora de CM) que Michael está muerto. La fuente es TMZ.com/Comienza la búsqueda en páginas y agencias para encontrar una fuente fidedigna que confirme el hecho/Son las 16:15 y todas las referencias confiables hablan de un ingreso de emergencia al hospital, nadie desmiente lo que publica TMZ/Discutimos la posibilidad de soltar la nota en Facebook.com/revista.conozcamas. Decidimos aguantar unos minutos antes de soltarlo/Wikipedia actualiza la fecha de muerte de Jackson/Son las 16:30 y no podemos esperar más. Publicamos en Facebook/Wikipedia corrige. Baja la actualización y deja un aviso de precaución ante la posibilidad de cambios. Reitera que cualquier actualización no sustentada en fuentes confiables será descartada/Pasan los minutos y nadie confirma nada. Siguen los rumores. TMZ se mantiene firme y comienza una transmisión en vivo y en línea por el canal 11 de Los Ángeles desde el hospital donde está Michael. Encuentro en L.A Times en línea (17:00) la confirmación. La redacción se vuelve loca y las reacciones son encontradas. A partir de ahora, todo será Michael, y este fin de semana, será un infierno.
La reflexión (al menos hasta ahora): ¿Qué tan importante puedes ser para que un pasado glorioso limpie tus actividades delictivas y pederastas? Se dan cuenta de que por cada palabra buena sobre la obra de Michael, siempre quedará la dicotómica sombra de su lado oscuro. Aunque duela reconocerlo, sobre la criatura enferma y decadente en que se convirtió, siempre saldrá a flote su legado.
Quizás esta sea la condición que justifique su importancia frente al resto de los problemas que enfrenta el mundo. Insisto, para bien o para mal, así es. Y eso, dice mucho de nosotros, de nuestro momento histórico y de nuestra generación.