30 sept 2008

Adiós TdQ

De pronto se me detuvo el tiempo. Todo a mi alrededor se aceleró. Era mometo de escribir mi último post en toquedequed.net. Es raro, pero duele. Yo soy de los que se pasó con mucha, mucha agua el trago amargo de la partida de Ruy y la desvandada de todos los demás. Me tomó tiempo y entendí que me quedaría por los que se querían quedar, que hasta eso fueron varios.

Muchos suspiros y hasta un ojo remi por todo lo que pasó en mi vida mientras este proyecto estuvo en línea. Lo extrañaré porque me hizo feliz y desde el servidor donde quede perdido, me extrañará porque nos separamos con el mismo gusto que con el que nos conocimos.

Pero la música sigue. El tiempo volverá a su normalidad. Y mientras la música siga, quiero seguir en el baile. Todos compartimos la misma historia, We are all in the dance.


9 sept 2008

Apple: ya no estás tan cabrón

Hace mucho tiempo que tengo ganas de profundizar en este tema. No lo he hecho a conciencia porque no he tenido oportunidad de platicar con un especialista. En eso estoy. Por lo pronto, una reflexión.

Un compañero de trabajo pasó hoy más de una hora revisando las actualizaciones, cambios y lanzamientos de Apple. Quiero pensar que su emoción de ver, analizar y revisar hasta el cansancio aquello que no puede comprar lo hace feliz. En caso contrario, sólo es una víctima más del consumismo.

No es gratuito. Por poco más de cinco años la industria de la tecnología se ha puesto a merced de los anuncios de Steve Jobs. Piensa por un momento en todos los negocios que dependen del iPod, desde las fundas de gel hasta los cargadores piratas para batería.

Esta vez fue diferente. Stev-o no logró ni la mitad del impacto esperado. ¿Será que a la gente ya no le interesa el iPod? O ya se cansaron de sentirse estúpidos cada vez que sale un nuevo producto, más barato y mejor que el que compraron.

Hasta ahora, esa fórmula parecía exclusiva de los consumidores que sobreviven economías como la nuestra. Para los gringos sólo era como salir a comprar el nuevo modelo y ya. Pero al parecer, tampoco.

Las de hoy ¿fueron excelentes noticias para los consumidores? Sí y no. Resulta que, a pesar de las buenas nuevas, las acciones de Apple Inc. cerraron en 151.68 USD por acción. El problema fue que, a las 13:06, hora en la cual comenzó el keynote, se ubicaban en 159.64 USD cada una.

Inversionistas del mundo: no se preocupen, se estabilizarán (no lo digo yo, tampoco se preocupen). Ojo, esto no significa de ninguna manera que la marca de la manzana pierda. Simplemente es un indicio de que las predicciones sobre la capacidad de Jobs para sacudir y sorprender a la industria son ciertas: su poder terminó.

Volvamos con los consumidores. Ese impaciente, leal y feliz rebaño incondicional que sacude la colita de gusto a la menor provocación. Ellos son los que salvan a los inversionistas de perder su sonrisa para siempre. ¿Sí?

No. No es un secreto que EU pasa por una de las crisis económicas más importantes de los últimos 20 años. Se sumaron, de un jalón, los problemas de la industria inmobiliaria, bancaria, alimenticia, energética, automotriz y las amenazas de tormentas tropicales.
Por si fuera poco, todo se complicó justo un día antes del anuncio de Stev-o: el gobierno de EU aportará dinero para rescatar a sus principales bancos y compañías automotrices (como un FOBAPROA, pero para los grandes empresarios gringos) y encontraron severos problemas fiscales en la paraestatal (Fannie and Freddie) encargada de la compraventa de deudas pasivas más grande del país. Sopas. ¿Cuál es la consecuencia? La mismo que con ENRON: la cautela económica comienza desde los grandes inversionistas y permea hasta los consumidores finales. Claro, en EU.

¿Consideran necesario que analicemos el fenómeno para México? Lo sé. Pero aún así, les pido que consideren, nomás por encimita, el anuncio del día de hoy sobre los incrementos a las gasolinas, mismos que disparan la inflación encareciendo prácticamente todas las cosas que consumes. Incluyendo tu nuevo iPod Classic de 120 GB, tu nuevo nano y el casi irresistible precio de tu iPod Touch de 32 GB.

¿Todavía no entiendes, cabeza dura? Al subir la gasolina, también sube la energía eléctrica, misma que necesitas para cargar la batería de tu reproductor portátil. Y no sigo con los ejemplos porque te deprimiría saber que, a lo mejor, esa misma crisis vuelve imposible que compres el café de Starbucks que te permite sentarte a navegar en Internet desde tu iPod Touch. Aunque, claro, siempre puedes sentarte en la banqueta a disfrutar de las bondades del primer mundo.

Por cierto, Apple sabe de la reducción del impacto de sus anuncios. Ya están trabajando en ello. No modificarán ni la frecuencia ni el fondo de sus prácticas. Simplemente harán lo necesario para que al menos tú sigas pendiente de lo que tienen para ofrecerte. Aun cuando la industria de la tecnología, al parecer, ha comenzado a darles la espalda.

1 sept 2008

Ecos de un fin de semana de protesta

Vaya fin de semana. La familia llegó a mi casa como a las 17:00 y nos desplazamos en trasporte público al Metro Hidalgo (¡vaya tecnología de reproducción de audio mochilero para el negocio de los débiles visuales!) para incorporarnos a la marcha justo en ese punto. Caminamos y caminamos. Me pareció curioso notar que para algunos vendedores ambulantes, la razón y el efecto de la marcha parecen muy ajenos. En fin, caminamos. Un par de emos-hembra (espero) se reía del contingente y señalaba en tono de burla las demandas. Lo curioso es que esa indiferencia se te resbalaba cada vez que alguien más se unía. Llegamos a 5 de febrero. El espacio de la calle se redujo y el grupo se comprimió. De pronto, los gritos ¡México!... ¡México!... ¡México!... Parece que no pero, con la calle en silencio, el eco de los gritos cala en un lugar más profundo que el que alcanza el nacionalismo. Me conmoví. Mucho. Llegamos a la plancha. Poco a poco se terminó la luz. Llegó más gente, mucha. Banderas, letreros, llanto y la convicción general de aguantar el embate del clima hasta lograr el cometido. Llegó la hora y cantamos el Himno, elevando la luz con los brazos en alto. Terminamos y con un orden ejemplar, nos fuimos.

Pero se hizo un tapón en la calle 16 de septiembre. Nos amontonamos. Justo cuando parecía que los empujones terminarían con el orden, una voz rompió las quejas de los apachurrados: ¡Marcelo: renuncia! Risas. ¡Marcelo: renuncia! Más voces, menos risas. Ganas de unirse a la demanda. ¡Marcelo: renuncia! Todos, todos los que estábamos en ese momento atorados comenzamos a gritar ¡Marcelo: renuncia!

El fenómeno que nos unió a todos nació de las ganas de exigir la renuncia de Ebrard, que a mi parecer, lo único bueno que ha hecho es servir para que ese tapón en 16 de septiembre se uniera, moderara y dejara el lugar en absoluta paz.
Sí, después vinieron otros gritos como: ¡No más playas! ¡No más pistas de hielo, queremos seguridad!, pero la verdad, ninguno con el mismo encanto (mmm… sí, encanto) que:

¡Marcelo: renuncia!
¡Marcelo: renuncia!
¡Marcelo: renuncia!