Ciudad maldita vol. 1

Fue la primera ciudad que pisé en EU. Su distribución territorial e importancia económica no significaban nada para mi cuando fui. Fue decepcionante, al principio, entender que las oportunidades no estaban en cada esquina -como alguien me había dicho- y que los escenarios ideales del primer mundo existían sólo del lado 'civilizado' de la ciudad, como años después descubrí que sucedía con el resto del país. En mi primera visita conocí Campton, lugar donde vive una tía. El lugar era el barrio típico que se ve en la tele: casas similares con espacios para autos, garage y buzón en la puerta del jardín. Todas las comodidades que bien pagaron un largo y doloroso proceso de naturalización. En esa visita, pisé Hollywood por vez primera. Conocí los Estudios Universal (comí en Marvelmania), Disneyland, el Down Town, la universidad de Fullerton, Six Flags, Venice Beach, la zona de la Marina, el gigantesco Ontario Mills Outlet, Melrose, Sta. Mónica y Knott's Berry Farm. Lo curioso es que no llevaba más de 150 dólares para más de quince días de vacaciones. Con el paso de los días el lugar me parecía un misterio. Era imposible para mí entender cómo era posible recorrer distancias tan grandes y seguir en la misma ciudad. El tiempo transcurrió muy rápido. En todos esos días, sólo compré un Goofy de peluche, un regalo especial y unos lentes oscuros Harley Davison. En esos mismos días, cumplió años mi novia, se jugó la final de un mundial de fútbol, me ofrecieron mi primer trabajo en una revista y regresé pensando que L.A. escondía algo que no encontré y que, sin concer lo que me depararía el destino, sabía que algún día tendrá que buscar.