27 mar 2009

La sabiduría de El Principito

Hace un momento respondí el correo de una 'neocomadre'* que tuvo a bien comentarme sobre su situación con un monito y para ejemplificar un posible escenario de su situación le recordé el concepto de domesticación que propone la zorra en El principito. Pero no la parte que tiene la sobada frase "Sólo se ve bien con el corazón..." -que saturó los separadores de libros por más de 30 años-, sino por la idea de domesticarse poco a poco, de conocerse. De acercarte un día sólo para manter distancia y aprovecharla sólo para mirarse; ganar confianza y regresar al día siguiente para sentarte más cerca y quedarse ahí el tiempo suficiente para que salgan las primeras palabras y en el mejor punto de la conversación, cortes para irte y volver otro día para acercarte lo suficiente para estirar la mano y dar una caricia. Para cuando llegue la confianza, dependerá de cada quien pagar el precio de permitir que la domesticación se convierta en sentimiento de propiedad.


Creo que ni siquiera vale la pena explicarlo porque es tan profundo y preciso que vale más leerlo para interpretarlo mejor. Si les sobra tiempo o sienten que ya están listos para dejar la vida salvaje y domesticarse, dedíquenle unos minutillos.




(*): la idiosincracia mexicana permite que dos perfectos desconocidos se conviertan en compadres/comadres luego de cruzar, con lujo de confianza, algunas palabras.

5 comentarios:

Xairo K. dijo...

Ciertamente hace falta muy poco para que dos personas comiencen lo que devendría en una gran amistad o ya sabrá la providencia qué. La tragedia viene cuando de todo el mundo de posibilidades que podría uno ejecutar, uno decide -por razones varias- llevar a cabo aquellas que NO solidificarán nada y es entonces cuando 'nada' pasa... cuando podría ser la más grande relación de retroalimentación que pudo haber uno tenido... En fin, si me clavo mucho comenzará a sonar como 'FE' y no como una de esas cuestiones mágicas que suceden del modo más cotidiano.

Cheers, Master Jerry.

Mr. Valemadre dijo...

Así es compadre (sic), je je, el pricipito es uno de los libros con mas sabiduría (ademas de ser uno de mis favoritos).
En cuanto a la domesticación de la zorra es lo que hacemos día a día... me recuerda un pasaje de otro libro (también de mis favoritos) Soy Leyenda de Richard Matheson (si, la de la película, pero el libro es muuuy diferente) donde Robert Neville que es el último hombre sobre la tierra, conoce un perro que no es vampiro y comienza a acercarse poco a poco a el, pasan muchas semanas, hasta que logra hacerse su amigo... y después... mejor léanlo, no se arrepentirán;)

saludos!

Lucas Carrabias dijo...

Creo que esa capacidad va más allá de la nacionalidad. En cualquier lugar puedes encontrar empatía aunque por supuesto la distancia dificulta terriblemente el proceso de domesticación.
La otra opción es aplicar la que te apliqué: un par de latigazos y entendiste.
Abrazo!

Nayid dijo...

"Dejarse domesticar" es lindo, siempre existe la probabilidad de estarle dando tu confianza a alguien que te hara daño, pero es un riesgo que bien vale la pena tomar.
Esto te da los mejores momentos de la vida, con pocas excepciones.
Besos.

dianarl dijo...

yo soy bastante domesticable solo para los que se llamen Gerardo y se apelliden Torres ;)

No se por que siempre que entro a este blog no puedo hacer un comentario serio ¬¬'