3 jun 2008

Champagne!


Semillas que forman uvas.
Uvas que se convierten en vino.
Vino, que en una segunda fermentación produce burbujas.
Burbujas que forman coronas, tan hermosas, sólidas y costosas como las que viste un Rey.
Champaña, que sólo un Rey puede pagar.
¿Qué es lo que hace de esta bebida un elixir tan codiciado? Es el capricho de la naturaleza y su exigente método de fabricación, o es nuestro gusto por coronar momentos inolvidables y recordarlos con el dulce sonido de las flautas como marco. ¿Será que el momento especial hace de cualquier vino espumoso el más valioso del mundo? Hace un par de semanas, un semiseco de 60 pesos me sirvió para hacer un brindis que nunca voy a olvidar. Eso no quita que, tal vez, algún día me regale el gusto de llenarme la boca con las burbujas más finas que una botella del Monje Perignon, pueda dar. Y de paso, voy a recordar este momento.


1 comentario:

Nacho. dijo...

El asunto no es con que celebres, si no que y con quien lo hagas.

Por cierto hoy el fútbol esta de luto eliminaron al américa