Todo urge, las horas pasan, no hay descanso. Miras el reloj una vez y es tarde. sigues, caminas, hablas. El café te quema la garganta y no sólo es la temperatura, es la acidez de un día que parece que nunca va a terminar.
Nuevas tareas se suman a una pila de pequeñas cosas que tienen que salir hoy mismo y todas tienen el sello 'cuanto antes'. Es el momento en que la recompensa parece lejana; sólo cuatro minutos de tiempo bastaron para la reflexión, el descanso y la purga de energía. Ahí voy de nuevo: todo urge, las horas pasan. Ya habrá tiempo para descansar.
18 jun 2009
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3 comentarios:
Valdrá la pena, solo recuerda que te gusta tu trabajo, después de eso sera mejor.
Besos Gérard.
Se llama periodismo amigo.
si qu ete leí muy apurado, ya desearía yo estar como tu, casi muerto por el trabajo... Saludos!
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