27 ene 2010

Cabañas, Toby y lo que se acumule esta semana

El asunto de Salvador Cabañas me dejó perturbado. Escuché la noticia a primera hora del lunes y me hizo eco en la cabeza todo el día. Me cuesta trabajo creer que poco a poco estamos perdiendo a la ciudad. Se está convirtiendo en un lugar sin control y la razón principal es lo que ya comentamos desde hace más de un año: el estado de derecho no existe. Ni siquiera es broma, simplemente, no existe. Se lo tragó la corrupción. Pero no sólo la del dinero; también la de los medios, la de la indiferencia y la del miedo. Después de digerir durante dos días lo que pasó, entendí que muy en el fondo algo bueno puede salir del atentado que sufrió Cabañas. Sé que suena horrible, pero es cierto. Puede ser el pretexto que la sociedad necesita para exigir que se cumpla la ley. Piénsalo. El hecho tiene los elementos suficientes para convencer a la gran masa, aquella que, por alguna razón que no entiendo, da la espalda a los padres de Hermosillo que siguen en pie de lucha y hoy se siente profundamente ofendida porque el ariete paraguayo lucha por salvar su vida. Qué ironía. Insisto, no tengo nada en contra de Cabañas. Es más, odio frenarme a rectificar en lo que escribo para asegurarme de que no me estoy excediendo. Del modo que mejor sirva, como oración o un envío de energía positiva, espero que Cabañas reaccione favorablemente.
Mientras, aquí en casa, mi regalo de cumpleaños A.K.A 'El tobys' no deja de sorprenderme. No sé si es un perro inteligente o sólo es que no recordaba lo gratificante que puede ser recibir de vuelta una muestra de cariño de una mascota. Llevo más de dos horas trabajando, ya empezó el miércoles y Toby de plano sacó la cobija de su cama, la acercó a mi silla y se acostó junto a mi. Hace un rato, cuando comencé a escribir, trajo su juguete de hule y se acomodó para morderlo mientras trabajo. Sea instinto o entendimiento, hoy, ya me hizo sentir bien. Canijo perro.
Apenas comienza la mitad de la semana y estoy retrasado en el trabajo. Salí a una entrevista a medio día, se descompuso el coche y perdí toda la tarde en el taller con tal de quedarme el resto de la semana sin auto. Obviamente, el evento mermó mi economía porque, comí en la calle, pagué el taller, tengo que cargar gasolina y estoy muy cansado. En fin, eso es de lo único que puedo quejarme y doy gracias a Dios de que mis problemas sólo son de ese tamaño.

3 comentarios:

Xairo K. dijo...

Jaja, canijo perro. Curioso que las reacciones simples nos hagan más eco en la mente. Pero entre si hacen eco o no. ¿El hecho es que los mexicanos nos damos asquito. De qué otra manera podríamos explicar la fragmentación tan grande entre nosotros? No fuéramos futbolistas todos por que ahí sí… creo que quedó claro mi punto, y decir más sería hablar de sobra; ya lo dijo usted bien, Master Jerry.

Saludos.

ABCCATita dijo...

en algo nos parecemos: aceptamos tener un perro cuando no venia en nuestros planes tenerlo...

Buenas, Cabañas ya va saliendo (según las noticias) y esperemos que este en el mundial...

Buen fin de semana!!!

Gina dijo...

Ahh hasta ahorita me entero de que ganó Toby! Qué bueno porque me encanta el nombre! Es impresionante cómo sólo les falta hablar, algunos perros son muy expresivos... vas a ver lo mucho que te vas a encariñar con él, y vas por buen camino, seguro ya lo extrañas cuando estás en la oficina jaja.

Un abrazo!